¿Quienes somos?

Hace ya más de 35 años que nuestro Comité viene manteniendo su actividad tanto en la comunidad aragonesa, como en los diferentes países en los que desarrolla acciones de acompañamiento internacional y solidaridad.
Y si bien comenzamos nuestra labor a principios de los años 80 con el nombre de Comité de Solidaridad con Nicaragua de Zaragoza, ya en 1992 cambiamos nuestro nombre al de COMITÉ DE SOLIDARIDAD INTERNACIONALISTA, que se ajustaba mejor al ámbito real de nuestra actividad solidaria, pues a partir de nuestras experiencias en Nicaragua habíamos extendido nuestro trabajo al resto de Centro América, y América Latina, así como a otros territorios que sufrían, y sufren todavía hoy la ocupación, como son Palestina y el Sahara.
Centramos nuestra actividad en la SOLIDARIDAD INTERNACIONALISTA, asumiendo como nuestras tanto las injusticias que sufren estos pueblos como las ilusiones con que tratan de cambiar su realidad.
No les ayudamos porque sean pobres y sintamos por ellos compasión. Estamos a su lado porque nos sentimos agredidos cuando sus derechos son pisoteados, cuando sus casas son destruidas, cuando sufren el desplazamiento, la violencia o la muerte. Estamos a su lado porque compartimos el sueño común de un mundo más justo y solidario, y pensamos que es posible construir entre todos y todas ese “otro” mundo que ha de ser para todos, o no será.
Se dice de nosotros, y lo asumimos, que trabajamos en la solidaridad política, y esto no porque estemos ligados a ningún partido político de este u otro lado del mundo, sino porque entendemos que la solidaridad no pertenece a la esfera privada, ni a la beneficencia, sino que es una acción colectiva y organizada de la ciudadanía. Asumimos como parte de nuestro trabajo solidario el influir sobre nuestros representantes políticos para instarles a que exijan mayor respeto a los derechos humanos en las relaciones internacionales, y para que presten atención a conflictos y situaciones que muchas veces se olvidan o se ocultan deliberadamente. Y además entendemos que la transformación de la realidad requiere organización y reivindicación, y por eso nuestras contrapartes y las asociaciones con las que trabajamos, tanto en Aragón como en el resto del mundo, son entidades ciudadanas que tratan de transformar las realidades en que viven mediante la reivindicación, la movilización y la participación popular.
Otra característica que hemos mantenido a lo largo de estos largos años es el trabajo voluntario. Nadie en nuestra asociación percibe ninguna retribución por su trabajo en el comité, y si bien por ello nuestra actividad se ve sometida a las fluctuaciones de la disponibilidad de quienes la desarrollamos, creemos que son mayores las ventajas de este  modelo en el que nos sentirnos todas y todos imprescindibles, que los riesgos de delegar nuestra responsabilidad sobre alguien contratado que llegue a donde los demás no lleguemos.
Nuestro empeño principal ha sido establecen  un puente de solidaridad internacionalista entre los pueblos de Aragón y de  los países con los que trabajamos, y por eso nuestra tarea principal ha sido el realizar campañas y actividades de sensibilización en esta tierra y promover brigadas de trabajo y acompañamiento internacional en aquellos países, pero sin dejar de lado la realización de proyectos financiados con fondos propios o de las instituciones públicas aragonesas que tienen como contrapartes las organizaciones con las que venimos trabajando.
 
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