“El pueblo de Venezuela no defiende a Maduro, se defiende a sí mismo”: Marco Teruggi
24 ene. CI.- Marco Teruggi, sociólogo y periodista, vive desde hace cinco años en Venezuela. Hoy estrenará públicamente su libro ‘Diario urgente de Venezuela‘ en la ciudad de Bogotá y espera confrontar la versión que aisla a Venezuela de la paz, realizada los grandes medios de comunicación. Entrevistamos a Marco para que nos acercara al modelo económico y sistema político venezolano, y a una posible intervención militar a Venezuela desde Colombia.
Colombia Informa: ¿Cómo resiste el pueblo venezolano en medio de la crisis?
Marco Teruggi: El chavismo es una identidad política de las personas más humildes, un movimiento histórico que desde hace 20 años es Gobierno. Sin embargo hoy asistimos, nuevamente, a un escenario donde la derecha, direccionada por los Estados Unidos, acelera para sacar al Gobierno por la fuerza. Pese a esto, hay actos de resistencia visibles, como hacer la fila para la comida y no caer en la provocación de los saqueos, y actos activos para revertir la violencia que ejerce la derecha.
La milicia bolivariana es una experiencia que me ha impresionado mucho. En la zona fronteriza vi cómo gente campesina, de las zonas menos favorecidas, humilde, se para a las cuatro de la mañana para ir a un entrenamiento de la milicia, desayuna el mango que juntan del árbol y están convencidos que así como la Revolución no se construye solamente desde el Estado, tampoco se defiende solamente desde el Estado. Es una conciencia de lo que se ha construido.
La gente no está engañada, la derecha no ha podido conectar con la base popular, esta base popular sabe que la cosa está bien jodida, pero también reconoce que el chavismo tiene sus errores y contradicciones. Hay una tensión muy fuerte en ese contexto, la situación económica es un reloj de tiempo, cuanto más se prolonga, más te agrieta la fortaleza. Así estamos hoy, la derecha cree que la situación está madura para hacer un intento de asalto que vivimos en estos días.
La Revolución es mucho más que una dimensión de Gobierno y eso lo niega la derecha, es una dimensión de conciencia, participación, movilización y organización popular. Antes de la Revolución no había nada para le gente humilde, la mayoría. El único momento histórico para que le gente condenada dejara de serlo y pasara a hacer protagonista de su comunidad fue la Revolución. El pueblo sabe que su única posibilidad está atada a la Revolución, no defiende a [Nicolás] Maduro se defiende a sí mismo.
C.I.: ¿Cuál es tu crítica a la dependencia económica de la extracción y venta del petróleo en Venezuela?
M.T.: Si la crítica fuera a que Venezuela depende del petróleo entonces hay que hacer una crítica de 100 años, su modelo económico de todo el siglo XX, y su matriz productiva conformada alrededor del petróleo. Se le achaca al chavismo no resolver un problema estructural, pero reconozcamos que el problema es más serio que una cuestión de voluntad; es como decir que la corrupción empezó con el chavismo, un recorte analítico posicionado: “Antes del chavismo Venezuela era un país productivo, sin corrupción y la gente era feliz”.
Si era así, ¿cómo se explica que todo voló por lo aires en 1989 con el Caracazo, cómo se explica que [Hugo] Chávez que era un militar campesino logró movilizar tanta gente? Dejemos de pensar que la gente es engañada y pensemos que la gente entiende lo que está pasando, tienen la voluntad de pelear porque ven un liderazgo, una situación que ha mejorado de las ruinas. Hay una disputa, incluso, por reconstruir la historia, por hacer creer que antes de Chávez había un edén venezolano.
Además, los grandes empresarios venezolanos nunca han sido productivos, han sido históricamente importadores. No se ha podido transformar la matriz productiva después de la muerte de Chávez [2013]; el negocio de importación continúa en favor de los sectores distribuidores privados. La economía es la más resentida por una combinación de elementos: sabotaje, desabastecimiento, todo en el marco de un bloqueo financiero internacional declarado por los Estados Unidos.
La corrupción desde el Gobierno agudiza la crisis. Un conjunto de elementos que se materializan en la hiperinflación, especulación, ataque constante sobre la moneda; una bola de nieve que arrasa. Hay gente que quiere producir la tierra, desea crear empresa de propiedad social, pero lo que se espera es una decisión tajante de parte de la dirección de la Revolución, medidas macroeconómicas que corten la avalancha desde lo alto; hay que procesar las contradicciones. Un proceso limpio, sin dificultades y lineal, ni Venezuela ni ningún país en proceso de transformación tiene los requisitos.
C.I.: ¿Entonces, hay que declarar oficialmente un modelo económico socialista en Venezuela?
M.T.: [Donald] Trump dice que lo que está pasando en Venezuela no es producto de los errores del socialismo, dice que el socialismo conduce a eso. Entonces hay que aclarar que en Venezuela no hay socialismo, no lo hay; se planteó la voluntad para transitar hacia el socialismo, esa transición se expresó en la idea de conformar comunas, autogestión popular, recuperar desde el Estado sectores de la economía con el protagonismo de los trabajadores, una democracia participativa protagónica, una voluntad hacia el socialismo.
En términos económicos Venezuela está viviendo la versión más salvaje del capitalismo, un ataque en clave de especulación. No hemos llegado ni por asomo al socialismo. Hay experiencias que cargan la potencia, pero la lógica económica es capitalista. Hay una lectura que evidencia la no disposición para negociar, desde el empresariado, y por esto hay que avanzar sobre ellos. Sin embargo, hay un sector en la dirección de la Revolución que tiene intereses atados al empresariado y no a la propiedad social, es la corrupción.
Por más que se reúnan dos mil comunas hay decisiones que deben tomarse desde la dirección de la Revolución. Ahí, por el momento hay más preguntas que certezas. La Asamblea Nacional Constituyente sirvió en 2017 como herramienta política para desactivar la violencia pero la tensión económica sigue presente. Las decisiones económicas no son de la democracia participativa, tampoco de Gobierno, son decisiones de la dirección de la Revolución. La Constituyente ahí tiene un problema de legitimidad que genera crisis política.
Hoy no sabemos cuál será la carta para desactivar la violencia de manera pacífica, pero la intensión de una intervención bélica internacional, un quiebre de la Fuerza Armada, o una guerra civil es deseada por la derecha para borrar todo la experiencia del chavismo. Hay momentos de mucho enojo por actitudes del Gobierno, momentos de placer político por lo que se hace desde abajo, y momentos donde hay que cerrar filas de manera unificada. No es que van a perseguir a Maduro y van a dejar al chavista de la comuna en tranquilidad.
C.I.: ¿Qué rol tiene Colombia en esta violencia que sufre el pueblo venezolano?
M.T.: Es central. Legaliza la oferta de contrabando, legaliza la gasolina, tiene un doble cambio de la moneda, detiene cargamentos con alimentos y medicamentos que van hacia Venezuela, acusa al Gobierno de Maduro de ayudar a la guerrilla colombiana; preparan al pueblo colombiano para resolver un conflicto prefabricado por la derecha. Venezuela es un asunto geopolítico latinoamericano y mundial. El gobierno de [Iván] Duque y de [Mauricio] Macri, por ejemplo, hacen frente a los rivales económicos de Estados Unidos en el continente, Rusia y China.
La lógica es que, Estados Unidos ataca a Venezuela para debilitar la posición de Rusia y China en el continente América. Una Guerra Fría calentada. Y creo, sin sonar exagerado, que la política exterior del gobierno colombiano es la política de subordinación a Estados Unidos. Se puede comparar la postura de Colombia en latinoamérica, con el rol de Israel en medio oriente.
Ahora, desde Colombia se reconoce a un Gobierno paralelo, siguiendo a Estados Unidos, que hizo lo mismo en Siria para financiar grupos armados, o en Libia que tuvo el remate de la Organización del Tratado del Atlántico Norte -OTAN-, o en Ucrania; trabajan con actores locales que ellos mismo crean y financian, y no con desembarcos de tropas estadounidenses. No creo que Estados Unidos, de forma abierta, se meta a Venezuela. Lo hace por medio del paramilitarismo colombiano de naturaleza contrarevolucionaria. Ya estamos en ese punto, y Colombia está en la OTAN.
Ayer fue un día histórico para la oposición venezolana. Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional -instancia que ejerce el poder legislativo- se proclamó “presidente encargado de Venezuela” durante una movilización en Caracas. El Presidente de Colombia, Iván Duque, así como el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump manifestaron apoyo oficial a Guaidó.
Marco Teruggi estará hoy en la sede de la Asociación Distrital de Educadores -ADE-, Calle 25a #31-30, Bogotá, desde las 5:30 pm, presentando su libro y debatiendo esta compleja situación que combina factores políticos, económicos y culturales, nacionales e internacionales.