Manifestación Zaragoza diversa frente al fascismo
12 de noviembre 2021
Os invitamos a participar en la manifestación que hay convocada por organizaciones sociales entre ellas el Comité, el día 20 de noviembre a las 12:00 en la Plaza del Pilar, esquina con calle Alfonso. Os esperamos!!!
Hace 46 años murió Franco, sin embargo, muerto el perro nunca murió la rabia. La llamada transición no supuso una ruptura con el régimen sino una mera continuación de lo anterior bajo diferentes prendas. Y es que las herencias del régimen siguen estando presentes a día de hoy.
Los jueces que besaban la bandera franquista ahora son los padres de los jueces de hoy en día, como ocurre con Carlos Lasala, el cual dejó el relevo de la judicatura y la represión en su hijo de mismo nombre para sentenciar a los 6 jóvenes antifascistas a condenas a 7 años de cárcel y 15.000€ de multa por manifestarse.
Los grises dejaron paso a los azules, y ahora son estos últimos, la Policía Nazional la que aliada con este sistema jurídico construye montajes policiales sin ninguna prueba y con muchas mentiras para amedrentarnos. Su objetivo es que manifestarnos públicamente suponga un riesgo a ser identificados, detenidos, enjuiciados y finalmente encarcelados. Sin embargo, lo decimos alto y claro, a pesar de vuestras amenazas jamás vamos a teneros miedo y las calles seguirán siendo nuestras.
Son estos cuerpos represivos del Estado los vigilan e identifica en función del color de piel que tenemos, los que han deportado y devuelto en caliente a las más de 6.000 personas que cruzaron la frontera con Marruecos buscando una vida mínimamente digna, los que controlan los CIEs que tienen por única función encarcelar a las personas migrantes. El caso más sangrante de esta violencia ha sido el asesinato a tiros de Younes Bilal en un bar de Murcia por parte un ex-militar. Todo ello alimentado por un sistema capitalista que expulsa a las personas racializadas del sistema productivo o cuanto menos la utilizan de mano de obra barata y sobreexplotada en trabajos precarios y condiciones de miseria.
La violencia que se ejerce contra nuestras vidas y nuestros cuerpos no solo viene dada por parte del Estado, sino que también hemos sufrido durante este año una oleada importante de agresiones lgtbifóbicas callejeras donde advertimos que el caso de Samuel ha sido solo la punta de una enorme pirámide de agresiones cotidianas que sufrimos diariamente.
Además de todo ello, el fascismo se ha alimentado y crecido como reacción directa al movimiento feminista. Así tratan de perpetuar los mismos discursos patriarcales de siempre, negado la existencia de la violencia machista imposibilitando su erradicación, cuestionando y obstruyendo el derecho al aborto que a día de hoy sigue presentando un sinfín de dificultades para ejercerlo.
Hace pocas semanas un grupo de fascistas entraron en la sede principal del sindicato mayoritario de Italia, en Zaragoza ya tenemos campañas de propietarios de pisos que piden la limpieza de pobres en sus barrios, así como está volviendo a organizarse el fascismo callejero en torno a nuevos grupúsculos nazis. El fascismo lejos de ser un periodo histórico superado sigue estando presente, amenazando nuestras vidas y atentando contra nuestras libertades y diversidad.
Las políticas del llamado Gobierno de Progreso (PSOE-UP) han mantenido estás situaciones de injusticia: no derogación de la Ley Mordaza, impunidad policial, vía libre a los jueces de la extrema derecha, idéntica política racista en extranjería, no derogación de la Reforma laboral, beneficios continuos para las grandes empresas y continuación de los desahucios a pesar de la propaganda oficial.
Vivimos en la lucha, pero también en la esperanza. El movimiento Black Lives Matter fue punta de lanza en la caída de Trump en EEUU, los sectores feministas y mapuches lo han sido en la lucha contra Piñera en Chile demostrando como luchas en teoría «secundarias» son en realidad centrales en los cambios políticos. Por eso aquí apostamos por un antifascismo que tenga como principales tareas las luchas contra los desahucios, la autoorganización de la gente racializada y luchas que unen gente (manteros, kellys, Riders, sindicatos trabajadoras del hogar y cuidados…).
En definitiva, el fascismo se erige como estandarte de la desigualdad social, la xenofobia, la misoginia y la LGBTIQfobia, y se empeña en perpetuar los discursos del patriarcado. Contra esto luchamos desde la esperanza, la movilización y la organización. Porque eso el antifascismo, una lucha por la justicia, la libertad y la equidad. una lucha de todos y todas, y se debe luchar siempre que sea necesario. Este es el deber de una sociedad realmente democrática.
Frente al odio del fascismo, ¡NO PASARÁN!