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Rodeado de miles de brasileños, Lula decide entregarse

7 abr. Colombia Informa.- Luis Ignacio Lula Da Silva salió caminando de la sede del Sindicato de Metalúrgicos -ABC- rumbo al aeropuerto de la ciudad São Bernardo de Campos (Brasil). El expresidente brasileño y actual candidato por el Partido de los Trabajadores -PT- dijo que irá a prisión pero “ninguno hoy dormirá con la conciencia tranquila como yo”, refiriéndose a sus enjuiciadores.

Hoy, en un acto público en la ciudad, Lula da Silva anunció que se entregará a la Policía Federal este sábado 7 de abril. Ese anuncio viene tras del oficio emitido por el juez Sergio Moro el pasado jueves en el cual autorizó el cumplimiento de la pena de Lula y que debía entregarse a la Policía Federal hasta el 17h el viernes.

La declaración de Moro fue pocas horas después de que el Supremo Tribunal Federal -STF- de Brasil decidió negar el recurso de habeas corpus a Lula para que siga el proceso de apelación en libertad. Lula ahora va en camino a la capital del Estado de Paraná para presentarse y un campamento de resistencia y apoyo lo esperará.

En una misa oficiada este sábado en homenaje a su difunta esposa Marisa Letícia, afirmó que “no vale la pena intentar evitar que yo camine por este país, porque hay millones de Lula, Boulos, Manuelas y Dilmas caminando por Brasil. Yo no voy a parar porque yo no soy un ser humano, soy una idea, una idea mezclada con la idea de ustedes, y tengo certeza que compañeros como los sin-tierra, o MTST, los compañeros de la CUT y del movimiento sindical saben, y esta es una prueba, esta es una prueba, yo voy a cumplir el mandado y ustedes van a tener que transformarse”.

Al finalizar su discurso fue llevado del acto en los brazos de las miles y miles de personas.

João Pedro Stedile, de la dirección nacional del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra -MST-, afirmó en una entrevista con Brasil de Fato que “no sirve llorar. Lula explicó que esa no es una demostración de debilidad. Por el contrario, es una estrategia de devolver la responsabilidad al otro lado. Es hora de resistencia y lucha. La militancia tiene que salir a las calles. Estamos en lucha de clases. La lucha de clases exige sabiduría e inteligencia”.

Resistencia

Desde el pasado miércoles, cuando fue negado el recurso de habeas corpus a Lula por el STF, decenas de miles de brasileños y brasileñas han estado ocupando las calles, carreteras, plazas, frente las sedes del medio hegemónico golpista Red Globo, y en múltiples espacios públicos para denunciar lo que perciben como otro capítulo del Golpe de Estado ataque contra la democracia brasileña.

El viernes distintas plataformas y movimientos de la izquierda unieron su voz para convocar un día de lucha y resistencia para defender la libertad de Lula y la democracia. Brasil amaneció con bloqueos en las carreteras, llantas quemadas, muros pintados y decenas de miles seguía la vigilia en el Sindicato de Metalúrgicos ABC en São Bernardo do Campo donde estaba Lula.

Stedile analizó que “ellos [los golpistas] ahora necesitan ganar más tiempo y garantizar el control del Poder Ejecutivo en las elecciones de octubre. El pueblo los quiere y ellos no tienen candidato. Entonces, ese pedido de prisión ahora es solo otro capítulo del golpe general, que es contra todo el pueblo. Quieren arrestar a Lula no porque haya cometido ningún crimen, porque él no cometió crímenes. Es una persecución política, para sacar la ficha limpia e impedir su candidatura. Ese pedido de prisión es apenas otro capítulo del golpe general”.

Brasil bajo una dictadura parlamentaria

Después de una atroz dictadura militar vivida en Brasil -entre los años 1964 y 1985- se hizo tránsito hacia una débil democracia, la cual hoy es marchitada por el regreso de la dictadura. Ahora no es una dictadura puramente militar, sino parlamentaria y judicial.

Luis Ignacio Lula da Silva fue prisionero político bajo el régimen del General João Figueiredo y ahora es condenado judicialmente cuando se perfilaba como el candidato con más opciones para ganar las elecciones presidenciales. Este hecho da continuidad al reciente Golpe de Estado que se perpetró contra la expresidenta Dilma Rousseff en el año 2016, quien también está impedida para ser reelegida como Presidenta.

En el ámbito de Nuestra América, este episodio está dando lugar a que la frontera del fascismo se extienda a grandes pasos desde que se dio el Golpe de Estado en contra del expresidente hondureño Manuel Zelaya en el año 2009. Simultáneamente, este clima antidemocrático se ha reforzado con el retorno de Gobiernos reaccionarios en Argentina, Chile y Ecuador. Mientras tanto, los organismos supranacionales como la Organización de Estados Americanos -OEA- se muestran cómplices.

Más allá de lo que pueda suceder con la suerte de Lula da Silva, el pueblo brasileño tiene el reto de salvar la democracia no solo de su país sino en el resto de Nuestra América. Reto que no puede asumirlo solo, sino que debe contar contar con la solidaridad del mundo.

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