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Declaración política de cierre de la Caravana humanitaria por la vida, por la paz y la permanencia en el territorio

Caravana Colombia 2024

23 de agosto. Cali, Valle del Cauca.

Hoy termina la Caravana por la Paz, la Vida y la Permanencia en el Territorio. Han sido más de cuatro semanas recorriendo el país. Empezamos en Bogotá, desde donde nos dirigimos al Oriente antioqueño, después al Sur de Bolívar, Arauca, Chocó, Valle del Cauca y Cauca, para finalmente llegar a Cali. Hemos viajado en chiva, autobús y botes, recorriendo cientos de kilómetros.

Esta Caravana ha sido impulsada y apoyada por más de 100 organizaciones sociales nacionales e internacionales. En total fuimos 187 caravanistas de 14 nacionalidades, entre todos los recorridos. A lo largo de estos recorridos contamos con el acompañamiento de al menos 128 guardias, campesina, indígena y cimarrona.

Como internacionalistas, desde hace 24 años realizamos Caravanas y acompañamientos en Colombia. En el 2001 se llevó a cabo la Caravana al Sur de Bolívar, donde las comunidades agromineras permanecían bajo el asedio paramilitar y donde el Estado nos decía que no había población habitando esos territorios. De manera que hemos podido constatar la continuidad de las agresiones contra las comunidades, sus proyectos de vida y sus territorios por parte del paramilitarismo.

Hoy queremos destacar algunas de las conclusiones de lo observado en estas semanas. Queremos poner sobre la mesa uno de los factores más graves que afectan a las comunidades. Queremos hablar sobre el paramilitarismo, sobre el repunte del paramilitarismo y las nuevas estrategias del paramilitarismo para el control de las comunidades y la desarticulación de los movimientos sociales comunales de resistencia, que luchan por una vida digna y su permanencia en el territorio.

La consolidación de esta estrategia se extiende por todo el país, en zonas rurales y urbanas, conformando un proyecto político que les permite tener el control económico (legal e ilegal), social, político y territorial. Todo ello en el marco de la estrategia de genocidio continuado contra poblaciónes que resultan incómodas para los intereses del capital.

El paramilitarismo, como estrategia acorde a la doctrina de seguridad, permanece vigente en los territorios, con variaciones en algunas de sus formas de accionar en lo político, económico, cultural y militar. Lastimosamente permanecen los asesinatos, masacres, agresiones sexuales, extorsiones, entre otros ataques, con el objetivo de crear miedo en las comunidades, mientras la impunidad campea frente a lo denunciado.

Hemos observado, y ha sido un clamor de las comunidades, que:

  • Los grupos paramilitares están intentando y en muchos casos consiguiendo el control de procesos organizativos de las comunidades, se han infiltrado en ellas, ocupando cargos en las estructuras de autogobierno, como las Juntas de Acción Comunal. Todo ello con un supuesto contenido social, a través de ONGs de derechos humanos y de desarrollo comunitario, que les sirven como fachada. Para ello cuentan con el temor que persiste en la población, impuesto desde hace varias décadas, en complicidad con determinadas autoridades civiles, políticas, militares y administrativas.
  • Hay asedio y hostigamiento contra líderes y lideresas de las comunidades con el objeto de hacerles la vida imposible y que abandonen el lugar o la lucha.
  • Persisten las judicializaciones de líderes y lideresas sociales, señalamientos, desapariciones forzosas, asesinatos selectivos y violencia sexual.
  • Las investigaciones contra victimarios en las regiones que visitamos siguen en absoluta impunidad y no hay reparación ni a las familias ni a sus comunidades.
  • Aterrorizan a la población, controlando estrictamente la movilidad bajo la amenaza de sanciones o asesinatos. Esto muchas veces produce en la comunidad dificultades para acceder a la alimentación y a los servicios de salud.
  • Destacamos la conformación de los Frentes de Seguridad Ciudadana, que, impulsados por algunas autoridades civiles, generan una gran alarma en las comunidades por su similitud con las otrora Convivir.
  • La crisis humanitaria de la que hemos sido testigos presenta situaciones de gran pobreza y hambre en las regiones visitadas. Falta de inversión efectiva del estado en las regiones en las áreas de salud y educación y en otros derechos básicos, con pésimas instalaciones y sin recursos.
  • Hemos constatado un avance fuerte de grupos paramilitares. Es muy frecuente el reclutamiento forzoso de menores y jóvenes como carne de cañón, que son también utilizados para realizar atentados contra instalaciones y personas de procesos sociales.
  • Los grupos paramilitares siguen estando al servicio de los intereses económicos en los territorios que están ocupando para el control de las economías del extractivismo, el narcotráfico, recursos naturales en general como el agua y la madera, y el control de las vías de comunicación y el comercio.
  • Hemos constatado, tanto el negacionismo de la existencia de esta estrategia paramilitar, como la normalización de la misma, por parte autoridades locales.
  • La propuesta de política de paz total es desconocida en muchos territorios.
  • Hemos observado la degradación ambiental de las zonas visitadas: ríos contaminados y desaparición de especies, a causa de las fumigaciones y el extractivismo descontrolado.
  • El terror generado el paramilitarismo en las comunidades más vulnerables, ha provocado la destrucción del tejido comunitario, de la conciencia colectiva y la memoria.

En esta Caravana por la Paz, la Vida y la Permanencia en el Territorio hemos sufrido, en diferentes momentos hostigamientos, incluso infiltraciones por parte de supuestos paramilitares.

El estado debe garantizar los derechos humanos de toda la población, por lo tanto, debe implementar acciones concretas para hacerlos cumplir. Apelaremos a las instancias gubernamentales, judiciales, políticas y sociales colombianas. También a las instituciones y organizaciones populares internacionales de los países que conforman la Caravana, demandando apoyo a los procesos de paz y transparencia en las inversiones públicas y privadas en Colombia.

Priorizamos las demandas de las comunidades:

Inversión social efectiva en educación (profesorado, infraestructura, medios tecnológicos…), sanidad, infraestructuras, vías, servicios…
Implementar los planes de reparación colectiva acompañados de planes de vida y de desarrollo. Se ha de completar la reconstrucción del tejido social y comunitario y de la memoria de las comunidades.
Implementar planes de protección y autoprotección colectiva en las comunidades como las guardias indígenas, cimarronas y campesinas, dotándolas de medios de comunicación y medios de vida para su sostenibilidad. Reconocimiento de dichos mecanismos.
Acabar con los señalamientos, estigmatización, judicializaciones de los líderes y líderesas sociales, y resto de integrantes del colectivo del movimiento social. Parar el genocidio continuado contra los procesos sociales y comunitarios.
Desmantelamiento del paramilitarismo, según lo acordado en el acuerdo de paz en 2016 y las exigencias de las comunidades antes y ahora. Brindar garantías para el impulso de asambleas y espacios comunitarios para la participación de las comunidades.
Reforzar los sistemas educativos de las comunidades, teniendo en cuenta las diferencias étnicas y de género, dando oportunidades de desarrollo profesional a los jóvenes para prevenir que ingresen en grupos armados.
Declaración de crisis y de emergencia humanitaria, para que el gobierno ponga en marcha planes y programas para atender la crisis humanitaria de los territorios, que incluya, entre otras medidas, el desminado comunitario.
Contaremos en octubre con el informe sobre lo observado y constatado en los territorios, sus proyectos y demandas, sobre la situación tan complicada en la que viven las comunidades. Para nosotros es claro que hoy termina la Caravana, pero no termina el trabajo de la Caravana. Agradecemos a todas las organizaciones sociales que, de una forma u otra, han participado o apoyado en la realización de esta Caravana.

Finalmente, todo este ejercicio de la Caravana no hubiese sido posible sin el compromiso, la creatividad y la autogestión de las comunidades y sus procesos organizativos.

Muchas gracias.

Organizaciones convocantes de la Caravana Humanitaria por la Vida, por la Paz y por la Permanencia en el Territorio:

Asociación de Autoridades Tradicionales de Cabildos Indígenas Rio Baudó “ZHARRA”; Consejo Comunitario ACABA; Asociación de Cabildos Embera Nativo de Alto Baudó (ACENAB); Asociación Indígena de Zona Norte del Alto Baudó (AZISNAB); Asociación Indígena del Río Dubasa (ASIRDU); Afrocuidadores del Territorio; Asociación Agrominera del Bajo Cauca (Asoagromicauca); Asociación Agrominera del Sur Sur de Bolívar (Asamissur); Asociación de Campesinos en Vía de Extinción (Ascavex); Asociación de Familias Campesinas del Sur de Bolívar y Antioquia (AFASBA); Asociación de Jóvenes Regional (ASOJER); Asociación Campesina de Antioquia (ACA); Asociación Campesina José Antonio Galán Zorro (ASONALCA); Asociación de Comunidades y Cabildos Tradicionales de Arauca (ASCATIDAR); Asociación de Mujeres por Arauca (AMAR); Asociación de Desplazados de Colombia (ANDESCOL); Asociación de Plataneros de Arauca (ANTOC Arauca); Asociación Regional de Mujeres del Oriente Antioqueño – AMOR; Asociación Indígena de Chocó (ASOICH); Asociación para la Investigación y Acción Social Nomadesc; Asociación Regional Embera (ASOREWA); Asociación de Víctimas Indígenas Wounaan en Bogotá (ASOVIWB); Asociación De Víctimas y Sobrevivientes del Nordeste Antioqueño (ASOVISNA); Central Unitaria de Trabajadores de Colombiana (CUT); Central Unitaria de Trabajadores-seccional Arauca (CUT-ARAUCA); Ciudad en Movimiento; Ciudadanías para la Paz; Colombia Informa; Comité de Integración Agrominera del Nordeste Antioqueño (CIANA); Comité de Integración del Catatumbo (CISCA); Comisión de Interlocución del Sur de Bolívar, Centro, Sur del Cesar, Magdalena y Santanderes (CISBCSCMS); Congreso de los Pueblos; Cooperativa Agraria del Sarare (COOAGROSARARE); Coordinador Nacional Agrario (CNA); Corporación Claretiana Norman Pérez Bello; Corporación Comité de DDHH Jesús María Valle Jaramillo; Corporación Humanas; Trochando sin Fronteras; Corporación para el Desarrollo y la Investigación Popular (CED-INS); Corporación Sembrar; Corporación Semillas de Dignidad; Ecoserranía; Emisora Sarare Estereo; Equipo Jurídico Pueblos (EJP); Federación Agrominera del Sur de Bolívar (FEDEAGROMISBOL); Fundación de DDHH Joel Sierra; Fundación de Solidaridad con los Presos Políticos (FSPP); Movimiento Político de Masas Social y Popular del Centro Oriente de Colombia (MPMSPCOC); Periferia; Proceso de Comunicación Popular y Alternativo Ecos Disonantes; PCN Proceso de Comunidades Negras; Red de Derechos Humanos del Pacífico Colombiano (REDDHHPAC); Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia (RedHer); Red Territorial de Derechos Humanos del Piedemonte Llanero y la Orinoquía; Región de los Dos Ríos; Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los Pueblos de América Latina «Oscar Romero»; Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema Agroalimentario (SINALTRAINAL); Sindicato de Trabajadores y Empleados Universitarios de Colombia (SINTRAUNICOL-Subdirectiva Cali); Unión Sindical Obrera-Nacional (USO); Humanidad Vigente; Human Conet – Juntos Somos; Coordinadora Regional del Magdalena Medio; Organización Femenina Popular (OFP); Equipo de Trabajadores y trabajadoras por los derechos humanos (ETTDDHH).

Organizaciones que apoyan la Caravana Humanitaria por la Vida, por la Paz y por la Permanencia en el Territorio:

Alemania: Aprender Juntos – Voneinander Lernen, Halle; Informationsstelle Lateinamerika, Bonn; Klima*Kollektiv e.V., Argentina: Frente Popular Darío Santillán; Bélgica: Asociación de Refugiados Latinoamericanos y del Caribe -Arlac, Collectif Saya, Nexus Human Rights; Brasil: Movimiento de los Pequeños Agricultores -MPA- y Movimento dos(as) Trabalhadores(as) Sem-Teto MTST; Canadá: Proyecto de Acompañamiento y Solidaridad con Colombia (PASC); Costa Rica: Código Sur; Chile: Izquierda Libertaria, Ukamau; Ecuador: Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE; Alianza de Organizaciones de Derechos Humanos; El Salvador: Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular; España: Acción Solidaria Aragonesa (ASA), Asociación Paz con Dignidad, CEDSALA (Valencia), Colectivo Sur Cacarica (Valencia), Comité Cristiano de Solidaridad Oscar Romero en Aragón, Comité de Solidaridad Internacionalista (Aragón), Entreiguales (Valencia), Izquierda Unida de Aragón, Observatorio Aragonés para el Sáhara Occidental, Vocesenlucha-Comunicación Popular (Castilla), Periferies (Valencia), Revivir (Valencia), Coordinación Valenciana de Solidaridad con Colombia; Euskal-Herria; EH Bildu, Sindicato ESK, Sindicato LAB, Ongi etorri errefuxiatuak Gipuzkoa, Komite Internazionalistak, Mugarik Gabe, MUNDUBAT; Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL); Sindicato STEILAS; Asociación Freytter Elkartea; EEUU: Witness for Peace Solidarity Collective; Francia: AFAL (Lyon); Utopax (Lyon); Guatemala: Comité de Unidad Campesina de Guatemala (CUC) y Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala (CONAVIGUA); Noruega: Ayuda Popular Noruega (Norwegian People´s Aid); Países Bajos: Het Actiefonds; Panamá: Unión Campesina Panameña (UCP); Perú: Rondas Campesinas; Suecia: Aluna; Suiza: Asociación Turpial, Centre Europe Tiers Monde (CETIM); Colectivo Ceiba Vieja (Ginebra), Colectivo Le Silure (Ginebra); Minga Luzern (Luzerna); Solidarites; Solifonds; Venezuela: Unión Comunera Venezuela.

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