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Lorenzo Mendoza; el Donald Trump venezolano.

Resumen Latinoamericano, 24 diciembre 2017

En el portal Aporrea, el profesor José Sant Roz propone el relato de un verosímil discurso de fin de año, dirigido al país del presidente de Federcámaras (la Confindustria venezolana) desde los salones del Country Club: “Il gobierno podrá pavonearse diciendo que comanda, pero la realidad demuestra que somos nosotros los que tenemos el poder y el único capital que controla una nación…Hemos reducido a cero esta asquerosa plebe chavista solamente moviendo las palancas del mercado libre… Hemos destruído totalmente y absolutamente este goberno PENDEJO, señores y señoras… y que griten lo que quieran desde sus canales de televisión, con sus oradores y con portentosas palabras de órden…aquí comandamos nosotros. Punto”.

Un discurso para lanzar “un candidato que hará historia” en las presidenciales del 2018, un empresario millonario Lorenzo Mendoza, presidente de la Polar: el Donald Trump venezolano. Hace un año, entrevistado en Globovisión por el periodista de oposición Vladimir Villegas, Mendoza negó la existencia de la guerra económica, y acusó al gobierno de haber “demonizado la empresa privada”, la única que, al contrario, esta “teniendo el país en pié”. Pero dijo también que había llegado el momento de “voltear página” y de adoptar su receta: la única en capacidad de corregir la insoportable “ineficiencia” del gobierno.

Este año, en el mes de diciembre, las voces de una candidatura de Mendoza, muy agradable a Washington, se han hecho más insistentes aunque si él nunca se ha pronunciado abiertamente. Se ha limitado a decir que no quiere imponerse a fuerza en la alianza de oposición, la Mesa de Unidad Democrática (MUD). En el variado y litigante panorama que compone el arco de oposición, no hay acuerdo sobre un único candidato. Sólo los Estados Unidos pueden condicionar las decisiones y las cosas se decantarán probablemente luego de la próxima ronda de diálogo entre gobierno y oposición, prevista para enero en la República Dominicana.

Mientras tanto, Trump no escatima declaraciones belicosas contra el gobierno bolivariano. Las sanciones impuestas a las empresas que actúan transacciones económicas con Venezuela estan complicando ulteriormente las festividades de los venezolanos. Maduro ha anunciado que las coberturas sociales no se discuten y que también para el 2018 el 72% de los ingresos será destinado a garantizar los sectores menos favorecidos del país. Pero, mientras tanto, la extrema derecha trata nuevamente de incitar a la población por los retardos y los desvíos en la entrega de los paquetes natalicios o en las bolsas alimentarias concedidas por el gobierno a los sectores populares.

La Mud, afectada por las derrotas electorales, por el fracaso de la vía golpista y por los enfrentamientos de los poderes internos, aparece despotenciada y fragmentada en cuatro bloques. La fracción más extrema esta compuesta por personajes que han dado lugar a las dos campañas violentas que, en el 2014 y en la primavera del 2017, han provocado muerte y devastación en el país. Entre ellos, la dirigente del Movimiento Vente Venezuela, María Corina Machado, el ex alcalde de la Gran Caracas Antonio Ledezma, huído a España, o también el diplomático Diego Arria. Hacen parte tambien los componentes del Movimiento Soy Venezuela, activo en el país y en el exterior, en particular en Italia. Son los fans del loco del helicóptero, el oficial inhabilitado Oscar Pérez que en Abril ha tratado de bombardear algunas sedes institucionales y que ahora ha reivindicado el robo de armas de otro presidio militar. Todo para avalar la tésis que la Fuerzas Armadas estan listas al golpe contra Maduro.

Otro grupo esta compuesto por los Partidos Primero Justicia (al que pertenece Henrique Capriles) y Voluntad Popular (cuyo líder es Leopoldo López), también éstos activos en las protestas violentas que estallaron entre abril y julio pasado. Dos partidos que, luego de haber insistido para instituír una Asamblea nacional constituyente y luego para hacer fijar las elecciones, han boicoteado la primera y desertado la segunda. A ellos se ha unido el partido Causa R y juntos han formado la plataforma Venezuela está primero.

Otra fracción es aquella compuesta por los partidos Acción Democrática (AD, el centro-izquierda en la IV República, cuyo líder es Ramos Allup) y Un Nuevo Tiempo (UN). Aunque luego de algunas contorsiones, también AD ha decidido de no participar a las comunales, pero todos sus dirigentes se han candidatizado bajo el símbolo de UN.

Finalmente hay un grupo formado por los partidos Copei, Mas y Avanzada Progresista que se han presentado a las elecciones y que tratan de constituír una nueva alianza de oposición dirigida a sectores profesionales, personalidades políticas en vista y artistas. Lo guía el ex chavista Henri Falcon, presidente de Avanzada Progresista, que aspira a la presidencia de Venezuela. Falcon ha tratado de “quemar” la candidatura de Mendoza dándole publicamente “el bienvenido” en política, una vez que hay decidido de hacerlo. Los otros, en cambio, no se han expresado.

En su relato, el profesor Sant Roz colega los aplausos dados por el Country Club al presidente de Federcámaras con aquellos reservados a Carmona Estanga (en ese entonces presidente de Federcámaras) luego del golpe contra Chavez en el 2002. Durante su breve permanencia en Miraflores, Carmona Estanga suspende todas las garantías constitucionales y abolió las instituciones de la República Bolivariana.

El 12 de abril del 2002, en el palacio presidencial los golpistas se despellejaron las manos aplaudiendo a cada decreto emitido con este tenor: “Hemos polverizado la Asamblea Nacional Constituyente, llamada indistructible, con su control de precios…Ya el presidente de la República Bolivariana de Venezuela no tiene ninguna posibilidad de intervenir en la economía…”

Entonces, el triunfo de las clases dominantes había durado poco, porque el pueblo había llevado al gobierno al presidente que había electo. Pero, en este fin de año, las oligarquías tienen más de un motivo para estar alegres, y para brindar en el Country Club en los términos descritos por Sant Roz: “Nuestra clase empresaria -dice el relato- ha regresado a un nivel de entradas millonarias, que pocos países de Latinoamérica pueden presumir. Hemos reconducido la gentuza al estado de miseria que se merece. Ahora la plebe no va más al mercado como lo hacía en el 2002. No puede más comprar carne como antes, ni insultarnos bebiendo whisky, champagne o vino importado. Nisiquiera el ron o la cerveza que le hemos permitido de consumir este año…”.

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