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Reflexiones sobre la Colombia de hoy en un período preelectoral

¿Cómo llegamos hasta acá? ¿Qué Colombia tenemos? Candidatos…

 

Nicolás Armando Herrera Farfán
26 de abril de 2010 

1. ¿Cómo llegamos hasta acá?

Para todos nosotros y nosotras es triste ver que en Colombia gobierne la derecha más servil, indigna, anti-latinoamericana y pro-yanki del subcontinente. Nada de lo que dije es nuevo y nada, creo, está lejos de la verdad. Sin embargo, habrá alguien que se anime a preguntarse, ¿por qué en Colombia gobierna la Derecha? O, ¿cómo en ese territorio conviven porciones de pueblo que legitiman el régimen ilegal y de terror que representa Uribe Vélez, junto a múltiples, variadas y coloridas formas de resistencia (desde Comunidades de Paz, Comunidades en Resistencia, confluencias de mujeres, organismos de Derechos Humanos y Grupos guerrilleros: El ELN y las FARC-EP? ¿Cómo se entiende que Colombia tenga en su seno no sólo a las guerrillas más antiguas del continente, sino que, paradójicamente éstas coexistan con “la democracia más antigua de Latinoamérica?

Estas y otras preguntas que van surgiendo a medida que uno se aproxima a Colombia, a su realidad histórica y a su devenir político se podrían explicar:

a. Desde lo político: en dos terrenos, el interno y el externo. En el interno, como una larga tradición de luchas fraticidas interpartidarias que, de manera visceral no sólo han animado la Violencia entre pueblo oprimido sino, ante todo, han negado la posibilidad de aparición de cualquier esperanza o alternativa política dentro del marco de la institucionalidad democrática, dando lugar al uso de las armas como medio para hacer política y para “hacerse escuchar” (ya decía Klausewitz que la guerra es la política por otros medios). En el externo, con su fiel adhesión a las políticas norteamericanas (Doctrina de Seguridad Nacional, “Lucha contra el comunismo”, “lucha contra el terrorismo”). En otras palabras, esta realidad política tiene “sus raíces en la intolerancia desplegada por la clase política que detenta el poder y que ha hecho eco a los planes expansionistas norteamericanos. Igualmente a la burguesía opuesta a cambios sociales que beneficien a los pobres” (Moreno, 2008: 443).

b. Desde lo económico: en la construcción permanente de una economía dependiente de los intereses de los Estados Unidos de América, con una Constitución Política (la de 1991) que “consolidó una amalgama de poderes feudales, financieros y militares, y en su articulado le abrió las puertas institucionales al neoliberalismo”. (Ballén, 2005: 149).

c. Desde lo ideológico: con una concentración excesiva de los medios masivos de comunicación, los cuales producen y reproducen una propaganda constante, consistente y coherente que no sólo encubre la violencia contra el pueblo planificada en los escritorios gubernamentales u ordenada por las oficinas empresariales (nacionales o transnacionales), sino que crearon opinión favorable y avalaron los crímenes de lesa humanidad perpetrados por los paramilitares y sus socios: los narcotraficantes, los terratenientes, los industriales (también nacionales o internacionales) y los militares formados en la Escuela de las Américas. De esta manera, se crea una especie de “consenso social”, que no es otra cosa que “manipulación de cabezas”, introyección del opresor (en palabras de Freire) y naturalización (en términos de Maritza Montero), como resultado de una práctica sistemática de terror.

d. Desde lo militar: No sólo con la aplicación minuciosa de la Doctrina de Seguridad Nacional, la lucha anticomunista y la lógica de “enemigo interno” que favoreció la creación, entrenamiento, financiamiento y amparo de grupos paramilitares, sino con la participación directa de los organismos de seguridad del Estado en vejámenes humanos o actos de barbarie. Se da así, una “combinación de todas las formas de lucha” (lo que reclama el establecimiento permanentemente a partidos políticos de oposición) que tienen como objetivo neutralizar las guerrillas (“matar la culebra”, como dice Uribe), diezmar la población (con el objetivo de “quitarle el agua al pez”) y mantener a salvo los intereses de los dueños locales y de las Empresas Transnacionales. Así pues, el Ejército Oficial se constituye en una suerte de “Ejército de Auto-ocupación” por la creciente ubicuidad militar (Fals Borda, 2007:61-69).

El resultado de esta mezcla, o de esta combinación efectiva de esfuerzos durante los últimos 50 años, por lo menos, es la Colombia que tenemos. La Colombia en la cual ganó el proyecto Uribista con sus tres pilares: Seguridad Democrática, Confianza Inversionista y Cohesión Social.

2. ¿Y cuál Colombia tenemos?

Una Colombia en la que “ las relaciones con los criterios de verdad, están atravesadas por decisiones y pasiones de fundamento político en una fase creciente de polarización y señalamiento” (Medina, 2008: 38). Una Colombia en la cual el esquema maniqueo dominante “lleva a colocar a los analistas en uno u otro polo del conflicto armado , [en donde el Estado, el establecimiento y los Medios de comunicación han cerrado filas] en torno a una posición intransigente: si no se condena a la insurgencia con radicalismo, eso revela ya por sí mismo una cripto-militancia en sus filas que debe ser judicializada de inmediato” (Giraldo, 2003). Estamos ante una Colombia que padece el autoritarismo –reforzando la tradición nacional del “Padre duro y gritón” y su consecuente machismo-, gobernada a través de un lenguaje mentiroso, con la instauración de valores bélicos, la legitimación de lo formal con lo informal, lo legal con lo ilegal. Fals Borda, 2008: 263-265). Tenemos una Colombia fracturada, con su tejido social despedazado, o con graves deterioros, con un cambio en la cultura y en los valores colectivos. Desde los lugares que tomé para abordar esta intervención podría decir que:

a. Desde lo político: Hay una consolidación del proyecto de la Derecha (y de la Ultraderecha Paramilitar) y un retroceso de la izquierda democrática en términos electorales (de 11 curules en el Senado se pasó a 8 en las recientes elecciones para el período 2010-2014); esto quiere decir que el proyecto uribista vuelve a contar con mayoría en el Congreso de la Nación para este período. Si sumamos las curules del Partido de la U (de Juan Manuel Santos), los del Partido Conservador (de Noemí Sanín), los del Partido de Integración Nacional (PIN, de los parapolíticos presos en la cárcel “Picota”), los de Cambio Radical (de Germán Vargas Lleras) nos darían 67%; la oposición aparente y real (encarnada la primera en este regimen por el Partido Liberal –de Rafael Pardo- y la segundo por el Polo Democrático Alternativo –de Gustavo Petro-) sumaría 25%, quedando el restante 8% distribuido así: 5% para el Partido Verde (de Antanas Mockus), 2% para el MIRA (Partido Cristiano) y el 1% restante para el Movimiento Compromiso Ciudadano por Colombia (de Sergio Fajardo, ahora candidato a vicepresidente de Mockus). Son 100 curules las que se disputaron. (Registraduria: Internet).

b. Desde lo Económico: Colombia se reafirma de a poco en una estable economía dependiente, como una de las más sólidas de América del Sur. Una economía con un PBI creciente (sólo en el período 2004-2008 creció el 56%) (Pozzo: Internet). En 2009 el PBI terminó en el 0,4%; y, una estimación para este año del 2,6% de crecimiento (Fedesarrollo: 2010). Sin embargo, una economía totalmente sujeta a las lógicas del sistema financiero, transnacionalizada y cada vez más sometida. Por citar dos ejemplos: acaba de firmar un TLC con la Unión Europea y sigue a la espera de la firma del TLC con Estados Unidos. Sin embargo, este “milagro económico”, este “modelo” no resuelve los problemas estructurales: la distribución de la riqueza (la pobreza es día a día de 20 millones de Colombianos y la indigencia de 8 millones) (Semana: 2009), el desempleo se encuentra en el 12,8% (sin contar con los precarizados que la encuesta incluye como “laburantes”) (DANE: 2010). Las cifras son aberrantes si se compara el crecimiento económico (vía PBI) con las cifras del pueblo colombiano: 67% en la pobreza, 47% no tiene acceso a los servicios de salud básica, 3 millones de niños entre los 5 y los 17 años están por fuera de la escuela, en la reestructuración del Estado han quedado cesantes más de 150 mil trabajadores; ligado a esto, se puede decir que el gobierno Uribe reformó la jornada nocturna, las horas extras, los dominicales y los festivos, en detrimento de los ingresos de los trabajadores. (Ballén, 2005: 9, 71-75). Y no hablamos de un tema medular del conflicto social y armado que vive Colombia: la tenencia de la tierra.

c. Desde lo ideológico: se ha creado un clima de “pacificación” del país, mostrando que “la guerra se va ganando”, al “ruralizarla” de nuevo y sacarla de la confrontación urbana; se fortalece el imaginario de la victoria militar y la legitimación de la militarización de la sociedad civil, no sólo por la presencia del Ejército en zonas del territorio, en las carreteras, en las esquinas de las ciudades, sino por la continua publicidad audiovisual que pauta el gobierno colombiano. El “nuevo consenso social” se intenta fortalecer a partir de las telenovelas que justifican el paramilitarismo, reproducen las lógicas narcotraficantes y naturaliza la violencia oficial como “el remedio para todos los males”, mostrando a los soldados del lado de “los buenos” (la publicidad oficial reza: “los héroes en Colombia sí existen. Ejército de Colombia”). De la misma manera, se intenta disputar el lugar preferencial de la resistencia social: La calle, con convocatorias masivas a manifestaciones en contra de, lo que ellos llaman, “El Terrorismo” y a favor de las tesis guerreristas del gobierno Uribe.

d. Desde lo militar: Colombia tiene en estos momentos un cuerpo de hombres armados que puede ascender a 373.000 en 2007 y cuya cifra en el PBI representó el 4,1% (El Espectador: 2008). Si sumáramos el número de personal de los centros de vigilancia privada y el aumento del pie de fuerza, el número podría aproximarse a los 500.000; esto quiere decir que Colombia tiene, aproximadamente, 1 uniformado por cada 80 habitantes, un dato no menor. Ahora bien, acaba de firmar el año pasado un acuerdo para que los Estados Unidos utilicen 7 bases militares, más toda la infraestructura del país que necesiten, con el ánimo de “acabar con la culebra del terrorismo” y poder ayudar al reacomodamiento de los Estados Unidos en la Región. En estos momentos, el Plan Colombia se encuentra en su cuarta fase: la expansión en la Región (Ballén, 2005: 186-189). En el plano de la confrontación interna, el Ejército Colombiano ha logrado desarrollar una operatividad y un margen de maniobra nunca antes visto: puede desplazar un comando desde cualquier lugar de Colombia hasta un punto determinado en dos horas, gracias a los Comandos Conjuntos de las Fuerzas (Armada-Fuerza Aérea-Ejército-Policía). Sin embargo, la tan esperada victoria anunciada por Uribe de acabar con la guerrilla en 6 meses, no llega. Aunque los golpes que le ha propinado a las FARC-EP las han debilitado, no están acabadas, y el ELN en pleno desarrollo de la “Seguridad Democrática” liberó en octubre de 2009 a un Comandante (alias “Pablito”) apresado por el régimen en Arauca en el año 2008 sin mucha difusión por parte de los Medios masivos de Comunicación. (La W: 2009).

Nos parece que el panorama de Colombia es un panorama en tensión, no es un panorama de absolutos: el Ejército colombiano, siendo el más grande de la Región, se fortalece con el apoyo de 7 bases militares norteamericanas; del otro lado, las FARC-EP y el ELN suscribieron un acuerdo de unidad en noviembre del año pasado para enfrentar juntas al Imperialismo norteamericano. Sin embargo, como se han dado las cosas históricamente, y muy a pesar del avance ideológico por parte del Estado (que defiende la tesis de que en Colombia no hay conflicto armado, sino una “amenaza terrorista” a una “democracia garantista), no es posible pensar en estos momentos una victoria militar para ninguno de los dos (Estado y Guerrrillas). La salida, nuevamente se insistirá, ha de ser negociada, bajo un modelo sui generis, debido, en parte a que el esquema Centroamericano (transformación de guerrillas en partidos políticos) se encuentra agotado desde la triste experiencia de la Unión Patriótica, del M-19 y del EPL.

Fuera del mapa bélico se encuentra el Movimiento Social, cada vez más variado y colorido, más abierto al consenso y más plural, como se avisora la construcción del nuevo sujeto histórico (como lo afirman Emir Sader y Francois Houtart): Los indígenas siguen “caminando la palabra”, aún a pesar de la represión (el último caso lo constituye la detención arbitraria del líder indígena Feliciano Valencia el día 10 de abril del corriente, en el aeropuerto de Palmira (Valle) mientras esperaba abordar un vuelo para Argentina a participar en un Laboratorio Internacional “Estrategias alternativas al desarrollismo” que sesionaría en Buenos Aires). (Lanzas y Letras: 2010, internet); los estudiantes continúan sus organizaciones; las Organizaciones Sociales de Arauca lograron de manera autónoma erradicar los cultivos de Coca con fines de narcotráfico y sustituirlos por cultivos de pan coger; las mujeres continúan conectadas en las luchas contra el militarismo; la “minga” para a ser un escenario de construcción plural, extrapartidista, pero con criterios políticos antiimperialistas y antineoliberales, y van confluyendo todos y todas desde diversos ángulos en la tarea de agrietar el régimen y de intentar construir uno nuevo (sin poder avanzarse en la construcción de una alternativa de un nuevo modelo; en eso hay que reconocer que la iniciativa política la tienen las guerrillas). Hoy no vemos que haya una coincidencia o un diálogo entre alguna expresión partidista con el movimiento social. Si bien el Polo Democrático Alternativo tiene a su interior interesantes desarrollos, no alcanza para que el candidato que ganó las internas represente a los movimientos sociales, o mejor, que estos se sientan identificados. En vísperas de elecciones presidenciales (serán el último domingo de mayo, 30) estaría bueno que para ir cerrando, intente aproximar una caracterización de los candidatos a la presidencia de Colombia, luego de que la Corte Constitucional cancelara el Referendo y dejara a Uribe sin piso legal para continuar aferrado a la silla de la primera magistratura.

3. Y el ganador es…

Como está la disputa electoral los más firmes candidatos a la Presidencia de Colombia son: Juan Manuel Santos (por el Partido de la U), Rafael Pardo Rueda (por el Partido Liberal Colombiano), Gustavo Petro (por el Polo Democrático Alternativo), Germán Vargas Lleras (por el Partido Cambio Radical), Antanas Mockus (por el Partido Verde, quien acaba de recibir la adhesión de Sergio Fajardo), y Noemí Sanín (por el Partido Conservador Colombiano).

Algo que se puede ver es que en Colombia habrá segunda vuelta para elegir presidente, ya que ninguna de ellos se ve con sólido apoyo popular y las encuestas se van cerrando en los últimos días en torno a tres candidatos: Juan Manuel Santos (quien desde el principio ha liderado las encuestas), Noemí Sanín (quien hasta la penúltima encuesta se encontraba siempre en el segundo lugar) y Antanas Mockus (quien ha venido repuntando y se ubicó en la última encuesta en el segundo lugar y ha recibido la adhesión de Sergio Fajardo, quien figura como su vicepresidente, y un apoyo de actores, actrices e intelectuales del país). Los otros candidatos (Rafael Pardo Rueda -del Partido Liberal-, Germán Vargas Lleras -del Partido Cambio Radical-, y, Gustavo Petro -del Polo Democrático Alternativo-), se ven cada día más desdibujados y tendería a pensarse que van a terminar adhiriendo a alguno de los tres primeros, lo cual reforzaría la tendencia.

Se ve como posible que Germán Vargas Lleras (de Cambio Radical, un partido disidente del Liberalismo, que apoyó abiertamente al Uribismo en las primeras de cambio y que no dejó de hacerlo nunca en el Senado) pueda llegar a un acuerdo político con Rafael Pardo (del oficialismo Liberal) y así aunar esfuerzos para recomponer las fuerzas del liberalismo, en un momento en el que su otro disidente (Juan Manuel Santos) no sólo lidera las encuestas, sino que ha recibido el apoyo de los hijos de los célebres expresidentes conservadores Laureano Gómez (ideólogo de lo que en Colombia se conoce como “La Violencia” bipartidista) y de Guillermo León Valencia.

De esta manera, creo que las candidaturas podrían reducirse a 5: Santos, Mockus, Noemí, Pardo y Petro. De los 5, dos se disputan la sucesión uribista (Santos y Noemí), uno atraería un sector uribista moderado (Pardo), otro reuniría a los “desencantados” del Uribismo (no por el uribismo en sí sino porque no va Uribe) y a algunos sectores medios intelectuales y civilistas (Mockus) y quedaría relegado el candidato del Polo quien tendría los votos de los suyos al interior del partido, porque el mismo Polo está fracturado desde que éste ganó las internas (aunque ayer se haya ratificado la unidad al interior del partido y en torno a la campaña de Petro)..

Considero que en Colombia no se está disputando un cambio de modelo (la tendencia regional es a girar a la derecha y Colombia, que ya está en la derecha, va a seguirse manteniendo allí). Lo que está en disputa es la continuidad del régimen uribista tal cual (sin Uribe), o la transición hacia un modelo de control social y continuador de las tesis uribistas (sin la figura militarista que ya está desgastándose y con algunos matices blandos). El modelo colombiano de Seguridad Democrática, Confianza Inversionista y Cohesión Social tiende a consolidarse en el país, como resultado de la juiciosa aplicación del Plan Colombia (que es mucho más que un Plan meramente militar) y teniendo como objetivo final la reingeniería del País, condensada en el programa “Visión de futuro, Colombia 2019): Ninguno de los candidatos (salvo Petro) ha rechazado las bases militares, todos coinciden en darle continuidad a la “Seguridad Democrática” (Mockus la “ablanda” llamándola “Legalidad Democrática”) y, salvo Mockus, todos apuestan a la salida militar al conflicto.

Para no extenderme más, quiero, a continuación, dejarles una semblanza de los tres candidatos más opcionados (Juan Manuel Santos, Noemí Sanín y Antanas Mockus) para que juzguen ustedes si en Colombia avanzamos hacia un cambio.

Juan Manuel Santos: Candidato del Establecimiento.

Miembro de la tradicional familia Santos de la burguesía bogotana (accionistas mayoritarios del diario El Tiempo y el Canal CityTv), viene de disidencias con el Partido Liberal. Se graduó de cadete en la Escuela Naval de Cartagena. Ha publicado varios libros, uno de ellos sobre La Tercera Vía, que escribió en compañía del ex Primer Ministro británico, Tony Blair. Fue proclamado uno de los cien líderes jóvenes más importantes del mundo según el Foro de Davos, Suiza.

Se ha desempeñado como representante de Colombia ante la Organización Internacional del Café, la OIC; luego se desempeñó como el primer Ministro de Comercio Exterior en el gobierno liberal de César Gaviria (1990-1994), siendo artífice de la internacionalización (en momentos de la “apertura económica” en el auge del neoliberalismo) de la economía colombiana y de la firma de 6 tratados de libre comercio. En esta materia, también se destacó por ingresar a Colombia a la Organización Mundial del Comercio (OMC). En el período presidencial de Ernesto Samper (1994-1998) se dedicó a conspirar y a buscar por todos los medios un golpe para derrocar al presidente (esto ha sido denunciado por los paramilitares desmovilizados quienes aseguran que Santos se comunicó con ellos para coordinar actividades y hacer acuerdos). En el gobierno conservador de Andrés Pastrana (1998-2002), actuando como Ministro de Hacienda y Crédito Público no sólo evitó la cesación de pagos de la deuda externa, sino que, además de modificar el régimen de transferencias territoriales, estuvo al frente de la venta de la participación del Estado en el contrato de Asociación CARBOCOL-INTERCOR, de explotación de las minas de carbón en el Cerrejón Zona Norte, en la Guajira colombiana. En esta negociación se transgredieron disposiciones legales y constitucionales en detrimento del interés público, en beneficio de particulares. Santos fue vinculado a una investigación adelantada por la Contraloría General, por “responsabilidad fiscal por daño patrimonial en contra del Estado”, dado que cuando se puso a la venta no se posibilitó la participación masiva de ofertantes. Por esta gracia el Estado perdió aproximadamente US$ 200 millones, por vender a un 13.5% menos de lo que en realidad costaba. Su último cargo ha sido el de Ministro de Defensa Nacional en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2006-2009) en donde ha dado sus mejores muestras: dirigió la “Operación Jaque” en el Ecuador que dio muerte a Raúl Reyes, comandante de las FARC-EP y días después justificó la invasión a territorio hermano diciendo que «golpear a terroristas que sistemáticamente están atentado contra la población de un país, así éstos no se encuentren dentro de su territorio, es un acto de legítima defensa y una doctrina cada vez más aceptada por la comunidad y el derecho internacional». También ha sido el responsable intelectual de los asesinatos de militares a civiles desarmados llamados “Falsos Positivos” que ya ascienden a más de 5000 casos. Finalmente, ocupando este ministerio fue el ideólogo y artífice del acuerdo que autoriza la instalación de 7 bases militares de Estados Unidos en territorio colombiano.

Es el fundador y Jefe del Partido de la U (con el 28% de las curules en el actual senado) uno de los bastiones de la coalición uribista, que tiene a 8 de sus 23 fundadores investigados o presos por “Parapolítica”. Juan Manuel Santos es el candidato de los Estados Unidos, es el preferido de la cúpula militar colombiana y el amigo íntimo de Pedro Carmona Estanga, el empresario que intentó dar un golpe al presidente Chávez en 2002. Este “halcón”, representa el Uribismo guerrerista y la continuidad del régimen sin Uribe. Sería apoyado por las fracciones del gobierno que defienden las tesis militaristas, por una franja del conservatismo (lo que le ha restado apoyo a Noemí) y por la ultraderecha colombiana.

Noemí Sanín: Una saltimbanqui peligrosa.

El periodista Antonio Caballero la retrata como “La mujer más oportunista de la historia universal”, sobrepasando, según él, a la misma Cleopatra. (Caballero, 2009. Revista Semana On Line). Su carrera política -la misma que la tiene subida en un carro oficial desde hace más de 25 años- la inicia en el gobierno conservador de Belisario Betancur (1982-1986) como Ministra de Comunicaciones. Fue ella la responsable de pasar por la televisión pública dibujos animados mientras los militares bombardeaban el Palacio de Justicia en el Holocausto de 1985.De allí saltó a embajadora en Caracas en el gobierno liberal de Virgilio Barco (1986-1990). Luego obró como canciller del liberal César Gaviria (1990-1994) -lo que la llevó a hacer lobby para que este último se alzara como Secretario General de la OEA-. El liberal Ernesto Samper (1994-1998) la nombró Embajadora en Londres. Para el período siguiente (1998-2002) se postuló como Candidata Presidencial -teniendo como fórmula a Antanas Mockus, hoy su conteniente-. Para el siguiente período (2002-2006) volvió a aspirar a la primera magistratura haciéndole señalamientos públicos a Uribe Vélez de vínculos con los paramilitares y mostrándose como una posibilidad de cambio. Como no ganó, fue nombrada Embajadora ante España (2002-2006) y luego Embajadora ante el Reino Unido (2007-2009), hasta cuando renunció para ser nuevamente candidata presidencial. Ha jugado con todos los partidos (liberal, conservador, Sí Colombia) y en todos ha sabido acoplarse con tal de mantenerse en cargos diplomáticos. Representa lo más “graneado” de la politiquería tradicional. Esta trayectoria política no sólo la ha aislado del debate nacional y de los medios, sino que no le ha permitido avanzar en la construcción de consensos. Ganó la candidatura por el Partido Conservador, pero se encuentra ante una dinámica de una fracción del mismo que ha respaldado la candidatura de Santos. Algunos dicen que “la tercera es la vencida”, yo creo que en esta tercera de Noemí, la vencida va a ser ella. Como en las encuestas va en baja, podría quedarse de la segunda vuelta. Si esto es así, lo que yo pienso es que Noemí cierre filas frente a la candidatura de Santos para que, eventualmente ganando, le dé la posibilidad de seguir asumiendo cargos diplomáticos. También creo que lo haría por la decisión del Partido Conservador (Ospina: 2010).

Antanas Mockus: El intelectual autoritario.

El último en la lista, que paradójicamente viene de segundo y en ascenso en las encuestas, es Antanas Mockus. Rector de la Universidad Nacional. Dos veces alcalde de Bogotá (1995-1997; 2001-2003) se caraterizó por impulsar la “cultura ciudadana”, y por mostrarse como un gobernante transparente y eficaz, en el uso de los dineros públicos. Su nula filiación política con los partidos tradicionales le ha permitido manejar un perfil de “independiente”. En 2009 se unió a los otros dos alcaldes de Bogotá (Enrique Peñalosa, alcalde neoliberal y candidato del Uribismo en la anterior contienda en la Capital de Colombia, y Luis Eduardo Garzón, disidente del Polo Democrático Alternativo, caracterizado por un populismo excepcional).

Ha logrado combinar el arte con la publicidad, y una apuesta por el juego simbólico que hace de sus estrategias una interpretación del discurso urbano que logra atraer a los jóvenes, los intelectuales, los artistas, las disidencias de los partidos tradicionales y los simpatizantes de la izquierda (desde el lado emocional). Representa a la derecha legalista.

Es la tercera vez que aspira a las elecciones. En 1998 declinó su aspiración para ser fórmula presidencial de Noemí, y en el 2006 participó con una votación demasiado baja. Se presenta como el mejor alcalde de Bogotá, como un pedagogo que piensa reformar la política y como buen ex-rector de la Universidad Nacional, esto reforzado con un discurso basado en la educación y en el simbolismo. Sin embargo, cuando fue rector de la Universidad Nacional generó políticas de incremento en los costos para estudiantes, aplicando las tesis neoliberales al interior de la universidad. También es partidario de que la Fuerza Pública ingrese a las universidades, mostrándose poco amigo de la autonomía universitaria y de su independencia ideológica. Como alcalde de Bogotá, se caracterizó por trasgredir la esfera de lo privado, dando muestras de autoritarismo (como meterse a los bares a dedirle a la gente que se entrara).Mockus vende un Estado paternalista, como un estado supremo que decidirá por todos y poco a poco irá disminuyendo todo tipo de libertades (al mejor estilo del franquismo).

Es un detractor del acuerdo humanitario, piensa mantener el modelo uribista neoliberal y continuar la política de privatizaciones que ya inició como alcalde de Bogotá. (López, 2010).

Palabras finales

Este panorama consolida la tesis de la derechización de Colombia y la continuidad del modelo neoliberal. Los tres más opcionados lo representan (los otros que quedan por fuera no lo atacan). La única diferencia entre ellos es que Mockus serviría para quebrar la continuidad del régimen uribista (sin Uribe), y daría algún respiro en materia política. Con su fórmula vicepresidencial (Sergio Fajardo) se podría explorar un eventual intercambio humanitario y podría darse un paso en la búsqueda de una solución negociada al conflicto. Su discurso de “tránsito de la Seguridad democrática a la legalidad democrática” podría ser un primer paso para las investigaciones a la parapolítica y a los crímenes que se cometieron durante el gobierno Uribe (recordemos que el Estatuto de Roma, la CPI, entró en vigencia desde 2009). Con ninguno de los tres cambia la tendencia derechista en Colombia. Ninguno de los tres representa una propuesta de inflexión al modelo neoliberal. Ninguno de los tres va por el programa máximo del socialismo. Los diferencia simplemente el cambio de régimen. Con Mockus puede haber algún respiro, algún aire político, y, quizás, un poco más de legalidad.

El periodista Antonio Caballero no se equiva al afirmar que en Colombia estamos eligiendo entre peste y el cólera, es decir, entre Juan Manuel Santos y Antanas Mockus. Tampoco se equivoca en reafirmar que Santos es peor. Ante la actual situación político-social de Colombia habrá que acudir al sabio consejo de Aristóteles: “buscar el mal menor como alternativa”.

OPINIONES CONSULTADAS

– BALLÉN, Rafael (2005): “La pequeña política de Uribe. ¿Qué hacer con la seguridad democrática?”. Bogotá: Ediciones desde abajo.

– FALS BORDA, Orlando (2007): “Hacia el Socialismo raizal y otros escritos”. Bogotá: Cepa-Desde abajo.

– FALS BORDA, Orlando (2008): “La subversión en Colombia. El cambio social en la historia”. Bogotá: Fica-Cepa.

– GIRALDO MORENO, Javier: “Guerra o democracia”. FICA Editorial. Bucaramanga: 2003.

– MEDINA GALLEGO, Carlos (Et al): “FARC-EP. Temas y problemas nacionales”. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá: 2008. (Pp. 38).

– MORENO GORDILLO, Ernesto (2008): “El Conflicto Armado Interno en Colombia”. Bogotá: Ediciones SEM.

– http://www.lanzasyletras.com/index.php?option=com_content&task=view&id=82

– DANE (2010): Boletín virtual del 31 de marzo de 2010. www.dane.gov.co

– Fedesarrollo (2010): Tendencia económica. Informe mensual de Fedesarrollo, No. 95, Marzo de 2010. Edición digital en: http://www.fedesarrollo.org.co/publicaciones/listado.asp?edicion=351&chapter=113

– El Espectador (2008): Gasto militar en Colombia el más alto del Continente. 15 de abril de 2008. En: http://www.elespectador.com/noticias/negocios/articulo-los-ultimos-seis-anos-gasto-militar-represento-el-47-ciento-del-pib

– SEMANA (2009): “Menos pobreza y más indigencia en Colombia”. Publicado el 24 de agosto de 2009, capturado de http://www.semana.com/noticias-economia/menos-pobreza-indigencia-colombia/127777.aspx

– http://www.registraduria.gov.co/Informacion/asig_curules2010.htm

– http://www.wradio.com.co/nota.aspx?id=891745

– Pozzo, Horacio: ¿Cómo está la economía colombiana hoy? (30-04-2008). En: http://www.articuloz.com/finanzas-articulos/como-esta-la-economia-colombiana-hoy-400449.html

– http://rse.larepublica.com.co/archivos/MACRO/2009-05-07/pib-de-colombia-repuntara-a-13-por-ciento-en-2010-fmi_73433.php

– juanalbertosm.blogspot.com

– http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_presidenciales_de_Colombia_de_2010

– CABALLERO, Antonio (2009): “ El áspid”. Publicado el 25 de julio de 2009. SEMANA (2009) Edición on line.

– CABALLERO, Antonio (2010): “Santos es peor”. Publicado el 27 de marzo de 2010. SEMANA (2010). Edición on line.

– SAMPER OSPINA, Daniel (2010): “El oso de Noemí”. Publicado el 27 de marzo de 2010. SEMANA (2010). Edición on line.

– LÓPEZ SALAZAR, Juan Sebastián (2010): “Razones por las que digo No a Mockus”. Publicado el 09 de abril de 2010. SEMANA (2010) edición on line.

 

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