Brigadas Internacionalistas

Brigadas en Colombia

 
Puedes ir en cualquier época del año. Acompañarás a organizaciones campesinas, sindicales, de mujeres e indigenas y defensores de Derechos Humanos que demandan presencia internacional.
 
Con esta experiencia, podrás percibir claramente el empobrecimiento de un país rico en recursos naturales, y la lucha de las organizaciones populares por cambiar la injusticia social y la represión brutal que ello genera.
 

 

Colombia…

En Colombia, desde hace décadas, el estado impone mediante la violencia, un modelo de dominación, exclusión y dependencia, colocando al pueblo en el epicentro del conflicto social y armado. En este contexto se explican hoy fenómenos como:

  • La privatización de los sectores públicos y la expropiación de recursos naturales los cuales son entregados a los consorcios transnacionales.
  • La militarización de todos los ámbitos de la vida nacional, el escalamiento de la guerra y la salida militar a todos los problemas de la población.
  • La eliminación física de sindicalistas, campesinos, estudiantes y de todo aquel que se oponga a estas medidas injustas.

Simultáneamente se fabrica un discurso mentiroso y amañado por la paz, mediante el cual se legalizan las estructuras paraestatales y los dineros provenientes del negocio del narcotráfico. Lejos estamos de abordar con seriedad una solución política a la guerra y por el contrario:

  • Se da vía libre a la impunidad, violándose los más mínimos derechos de las víctimas.
  • Los victimarios son premiados por sus acciones mediante la entrega de negocios rentables o bien de crueles en las instancias de la administración pública.

Por todo ello se hace necesario seguir fortaleciendo a comunidades y organizaciones sociales en resistencia, mediante el acompañamiento a sus procesos políticos, económicos y culturales. Es urgente visibilizar el papel que juegan los grandes consorcios multinacionales y nacionales, los estados imperialistas y el régimen de derecha en el saqueo de los recursos y la expulsión de campesinos, sindicalistas, estudiantes, afrodescendientes e indígenas de sus territorios rurales y urbanos, proponiendo un escenario de justicia y dignidad.

Esto es posible si fortalecemos nuestros lazos solidarios, si crecemos, si nos juntamos muchos y muchas en esta tarea. Debemos construir un andar común que nos fortalezca en la búsqueda de salidas políticas al conflicto, pero también, en la construcción conjunta de un nuevo proyecto de nación.
 

 
 

Las comunidades en resistencia…

  • Su historia:

La conformación de las comunidades en resistencia en Colombia ha sido un proceso largo que cruza toda su historia de constitución social. En esta región la ausencia del Estado ha sido evidente lo que ha exigido de la población un esfuerzo gigantesco para poder acceder a niveles de bienestar y desarrollo que el Estado no ha brindado.
Desde hace más de dos décadas los pobladores de la región se han organizado en acciones comunales, en comités mineros, en comités de mujeres, de tenderos y en las asociaciones campesinas que han buscado darle firmeza al tejido social, a miles de mujeres y hombres, ori-ginarios de estos territorios y de quienes han llegado de otras tierras producto del desplazamiento.
A través de muchas manifestaciones de lucha social, marchas, éxodos, tomas masivas de instituciones y otras han planteado al estado las reivindicaciones sociales, económicas y políticas que han sido reiteradas en cada protesta y movilización de los sureños. Toda esta historia de lucha hoy esta condensado en un programa de desarrollo elaborado desde y con las comunidades que se llama Plan de desarrollo por los derechos humanos integrales -PID-.
La oferta del Estado a las demandas de los pobladores de la región, plasmadas en multitudes de acuerdos, ha sido la agresión sistemática con los asesinatos individuales y masivos (masacres), desplazamientos, quemas de bienes y cultivos, quema de caseríos, de poblados enteros, cerco alimenticio a la población y otras prácticas destructivas llevadas a cabo por el Ejército y las bandas paramilitares.
Las comunidades de campesinos, de mineros, de comerciantes, de estudiantes y de mujeres han colocado miles de muertos, han visto decenas de caseríos quemados, han sentido la desaparición de lideres entre ellos Edgar Quiroga, sus tierras han sido abandonadas por miles de desplazados y miles de pobladores están todavía en sus territorios resistiendo la tempestad del terrorismo genocida de Estado.
   

  • ¿Qué son las Comunidades en Resistencia?

Las comunidades en resistencia por la vida (CRV) es la forma que van encontrando las comunidades de un territorio para defender la vida y mantenerse en sus tierras. Estas comunidades se agrupan por caseríos, por corregimientos y por veredas uniéndose alrededor de realizar la vida y defenderla ante las agresiones del estado, bregando a reconstruir las viviendas y su entorno ambiental, la recuperación de la economía para producir y de buscar formas de hacer la educación de los niños y jóvenes ante la ausencia de las instituciones educativas del Estado.
Se habla defender la vida en forma integral partiendo de la necesidad de existir como ser humano y que este ser humano para hacerlo de manera digna requiere de una producción material y cultural, un asentamiento territorial en donde vivir socialmente y hacer una interrelación con otros. A esta construcción social de la vida que estaban arribando los pobladores del Sur de Bolívar que habían organizado escuelas y colegios, organizado una red vial, una producción agropecuaria, pesquera y minera, un servicio de salud con sus ancianos sabios y la agrupación de puestos de salud con sus enfermeras y promotoras, que habían accedido a una justa distribución de la tierra y unas mínimas normas de aseguramiento ambiental, a darle constitución y promoción a la vida cultural con sus festivales culturales. A todo esto, es a lo que el estado colombiano apunta con sus políticas militaristas a destruir.
Ante esta enorme avalancha de destrucción del tejido social de vida integral es que se oponen las comunidades en resistencia y luchan por preservar sus avances sociales. Por eso se llaman comunidades en resistencia por la vida.

  • ¿Quienes las forman?

Están conformadas por los habitantes de una vereda, un caserío o un corregimiento que están decididos a quedarse en el territorio y organizarse de variadas maneras para asegurar su existencia. Estas comunidades se mueven en todo un territorio o se fijan a un pedazo de éste de acuerdo a como esté la situación de agresión del estado. A estas comunidades están unidas la diversidad de los componentes sociales poblacionales de la vereda, el caserío o el corregimiento
                                                        

  • ¿Qué pretenden estas comunidades?

Tienen varios propósitos ya enunciados anteriormente, los cuales ampliamos de esta manera.
1. Asegurar la existencia social de una comunidad territorial.
2. Seguir construyendo la vida social en un territorio que esta en peligro ante la agresión del estado.
3. Reconstruir el tejido social afectado en materia de salud, vivienda, educación y seguridad alimentaria. Como quien dice: para vivir por los menos hay que comer, tener un poco de salud y desarrollar nuestros conocimientos sociales.
4. Agruparnos para activar todo tipo de denuncia a la barbarie estatal.
5. Realizar una comunicación activa con la comunidad nacional e internacional para que conozca nuestra realidad de derechos humanos y nos acompañe en la solución de la crisis de estos.
6. Seguir manteniendo el programa de desarrollo por los derechos humanos integrales.
7. Mantener unida y cohesionada nuestras familias para que no sufran el aislamiento y la falta de identidad cultural.
                                                      

  • ¿Qué reivindican al Estado colombiano?

El estado es el principal responsable de la destrucción social de las comunidades del Sur de Bolívar, tanto por acción como por omisión, por su abandono, su ausencia económica y cultural y por imposibilitar el desarrollo autónomo de nuestro modo de vivir y ser. Ha desconocido tradicionalmente lo que somos, lo que queremos y lo que hemos constituido y se ha dedicado a desprestigiar nuestro proceso comunitario condenándonos a la muerte. Para el estado la gente del Sur de Bolívar no vale nada lo que le interesa son las riquezas naturales depositadas en toda la región que son patrimonio de la humanidad, de todos los colombianos y a las cuales tenemos el derecho del disfrute y hemos cuidado para que no sean irracionalmente explotadas. Al estado le estamos exigiendo:
1. Pare la represión y el genocidio. Queremos seguir construyendo la paz con justicia social.
2. La verdad de lo que esta ocurriendo en la región.
3. El castigo a los responsables de los asesinatos, las desapariciones y toda esta política de hambre y muerte.
4. Que se ponga fin al cerco alimenticio que está tendido sobre la región y sus pobladores para que podamos tener acceso a unas mínimas condiciones de sobrevivencia e intercambio comercial.
5. Un compromiso político de Estado para una inversión social que tenga como referencia el programa de desarrollo por los derechos humanos integrales en el Magdalena medio, concertado con las comunidades en resistencia y las formas organizativas de los mineros, los campesinos y otros sectores de la población que realizamos el éxodo a Barranca..
6. Que deje de satanizarnos como guerrilleros. No lo somos y no puede decir que somos por el simple hecho de habitar en una zona territorial con presencia de organizaciones guerrilleras como el ELN.

  • La posición de las comunidades en resistencia ante el conflicto social en el país.

Las comunidades en resistencia del Sur de Bolívar no somos ajenos al conflicto social que vive Colombia, porque padecemos de la falta de una política agraria justa y democrática, vivimos la marginación y abandono del estado que nunca se fijó ni puso sus ojos en la región con una políticas de bienestar. No somos ajenos ni estamos a espaldas del conflicto social porque somos parte de un pueblo que ha luchado por la tierra, el crédito, una política de inversión educativa, por tener los derechos a la expresión política, a ser culturalmente lo que significa la diversidad poblacional, a ser parte importante en la administración de los recursos naturales.
No somos comunidades armadas ni adelantamos ninguna guerra. Mas bien estamos organizadas para resistir la guerra sucia y genocida que nos ha declarado el estado de manera absurda y criminal. Somos víctimas de esa política de estado que considera enemigo al pueblo, a la población porque nos considera agua de un pez que quiere destruir. No estamos alzados en gue-rra, estamos organizados en resistencia por la vida.
El conflicto social que originó el estado por las desigualdades y la injusticia, la falta de participación nos ha llevado a tomar partido en la reivindicaciones de nuestros derechos humanos consagrados en una constitución nacional. Tenemos el derecho a existir como pueblo que estamos construyéndono

                                           Comunidades en Resistencia del Sur de Bolívar

 

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